Pu Sien: familia, futuro y desarrollo agrícola

Sien es el mayor de seis hermanos. Sus padres son unos jornaleros muy humildes de la ciudad de Tahen. Empezó a trabajar muy joven con su padre en los arrozales para conseguir suficientes ingresos para mantener a sus hermanos menores y nunca tuvo la oportunidad de estudiar.

En la parroquia de Tahen tenemos un albergue para niños y jóvenes en situaciones de extrema vulnerabilidad, brindándoles la oportunidad de crecer y desarrollarse en un entorno digno y cercano y que les da además la oportunidad de ir al colegio. Sien siempre tuvo mucho contacto con la parroquia y una gran relación con los niños del centro. Quiso siempre ir a la escuela como los demás, pero asumió su puesto de hermano mayor y su papel de jornalero en los arrozales, con lo que ganaba lo suficiente para mantener a su familia y, con suerte, poder impulsar los estudios de sus hermanos más pequeños.

Su relación con la comunidad de la iglesia creció año tras año. Al ver lo que valía como agricultor y especialmente como persona fiel, dedicada y responsable, la Prefectura le ofreció empleo en sus proyectos agrícolas, y Sien lleva casi veinte años promoviendo estos proyectos, impulsando su comunidad y apoyando a la Prefectura.

Cuando tenía 20 años se enamoró de Sovann, una joven de la ciudad de Roka. Sovann se había casado muy joven con un hombre mayor que no la trató bien y pocos meses después del nacimiento de su hija Reksa desapareció. A pesar de sus problemas por falta de recursos, Sien y Sovann se casaron con la esperanza de formar una familia y salir adelante juntos y acompañados. No tenían dinero para una casa ni para el alquiler, pero afortunadamente una cuñada de Sien, viuda desde hace unos años, los recibió en su casa y viven con ella desde entonces. Juntos tienen dos hijos llamados Pisey y Wanna.

En 2014, un curandero local pasó por la comunidad de Roka y las aldeas de alrededor para vacunar y curar enfermos pero, al no esterilizar las agujas que usaba, infectó a muchos miembros de la comunidad con SIDA. Sovann se infectó y, debido a diversas circunstancias, sus dos hijos también.
Hoy, a Sien, Sovann y sus tres preciosos hijos se les ha dado una ilusión renovada con la construcción de una casa donde puedan independizarse vivir en familia, animarse, cuidarse y apoyarse mutuamente. La joven pareja, emocionada y eternamente agradecida está deseando vivir esta nueva etapa y enviar a sus tres hijos a la escuela.