Celebrando Capacidades: Un Summer Camp diferente este año en Battambang
Coches llenos de niños que van llegando al centro de la Prefectura desde todos los rincones de Camboya, camisetas blancas de un lado para otro, niños con la cara pintada de gato o de mariposa…Así empezaba el primer día del Summer Camp de la Prefectura Apostólica de Battambang de este año.
Las circunstancias debidas a la COVID-19 han impedido la habitual llegada de voluntarios españoles para organizar una semana de campamentos a diferentes puntos de las provincias que conforman la Prefectura. Sin embargo, se quiso adaptar el evento a la situación actual.
Los diferentes equipos de la Prefectura trabajaron codo con codo para poder organizarlo todo conjuntamente y de manera coordinada. El lema de este año fue “Celebrando capacidades”.
A lo largo de los tres días que duró el Campamento de verano 2020, 127 niños participaron en las actividades; también 42 jóvenes provenientes de las diferentes casas de acogida de la Prefectura hicieron de voluntarios, y 40 trabajadores de los equipos fueron responsables del desarrollo de las jornadas. Los niños vinieron de todas partes de Camboya: de Phnom Penh, de Kampong Chhnang, de Pailin y de Battambang.
El primer día se celebró en el centro de la Prefectura; niños de Anatha con niños de SAM participaron en un taller de higiene por parte de nuestro centro de salud y un conjunto de juegos de campamentos preparados por el equipo de educación.
El segundo día se adaptó a las necesidades de los niños con discapacidad más grave en un día de juegos en el parque acuático en el que padres e hijos cortaron con la rutina para disfrutar de un tiempo en familia.
Por último el tercer día, celebrado en Tahen, contó con la presencia del mejor circo de Camboya: Phare Ponleu Selpak. Se llevaron a cabo talleres de circo inclusivo, un taller de ecología y unos espectáculos finales de toda clase.
Fueron tres días llenos de actividades, juegos, piscina, circo y, sobre todo, llenos de ilusión, energía, emoción, trabajo y capacidades. Todos los participantes de este campamento, niños, voluntarios y responsables, tenían capacidades diferentes. Personas con discapacidad o sin discapacidad; con discapacidad física, o con discapacidad intelectual. Fue toda una celebración: una manera de celebrar la diferencia. Una forma de festejar las capacidades únicas que tenemos cada uno de nosotros y que nos hacen ser especiales.