Sophea: trabajo, familia y dignidad
En 1981, en una pequeña casa perdida en los senderos escondidos del distrito de Ek Phnom y cediendo al río con cada día que pasa, Sophea nació como el segundo de dos hijos de una pareja de jóvenes trabajadores.
Sus padres vivieron tiempos de extrema pobreza y angustia, eran completamente inestables desde el punto de vista financiero y tenían varios familiares enfermos que tenían que mantener con los pequeños ingresos del padre trabajando en los campos de arroz y el dinero que la madre ganaba vendiendo verduras en el mercado. Además, la suerte le jugaría una mala pasada a una edad temprana. Cuando solo tenía un año, Sophea se puso muy enfermo y su madre le dio medicamentos sin saber exactamente qué padecía ni la dosis que necesitaba. Debido a los efectos secundarios devastadores de la medicina, Sophea perdió toda la fuerza y la movilidad de sus piernas.
A medida que crecía, su madre siempre lo animaba a ir a la escuela y estudiar mucho, convencida de que era la única forma en que podría ayudar a su familia, ya que no podría trabajar en los arrozales o en la construcción. Al principio, Sophea era un estudiante motivado y trabajador. A pesar de que no tenía silla de ruedas o muletas, se arrastraba o era llevado por amigos a la escuela, alrededor de las clases y de regreso a casa. No fue hasta que cumplió doce años cuando un primo que trabajaba en la Cruz Roja Americana le dio una silla de ruedas y, junto con ella, independencia y dignidad. Sin embargo, después de la muerte de su padre por una terrible enfermedad, Sophea perdió rápidamente la motivación, la pasión y el interés por estudiar. Abandonó la escuela pero, por suerte, no mucho después, una ONG extranjera le ofreció la oportunidad de estudiar electrónica durante dos años. Luego comenzó a trabajar en una tienda de electrónica y finalmente creó la suya.
A los 20 años, conoció a Kia, una hermosa joven que más tarde se convertiría en su esposa y madre de su hijo, Lyheang, que ahora estudia el primer grado en la escuela primaria de su pueblo.
En 2014, un empleado del CICR (Comité Internacional de la Cruz Roja) informó a Sophea sobre la posibilidad de trabajar en el centro textil de “Tuol Tnaoth”, empresa social de la Prefectura Apostólica de Battambang que busca proporcionar empleo y un salario estable a personas con discapacidad y/o en riesgo de exclusión social y laboral. Reconociendo que la carga laboral de su familia recaía en gran medida sobre su esposa, ya que la tienda de Sophea no funcionaba bien, y después de mucho sopesarlo, tanto él como su esposa decidieron comenzar a trabajar en el centro textil y embarcarse en una nueva aventura.
En este momento están esperando llenos de ilusión su segundo hijo. Tras dar a luz, Kia se beneficiará del sistema de bajas maternales remuneradas del centro textil. Más tarde ambos tendrán horarios adaptados para poder cuidarle.
Ambos están emocionados y felices, ya que no solo han descubierto un trabajo que los trata con respeto y dignidad, donde se sienten escuchados y acompañados, sino una nueva familia que cuenta con muchos miembros que se ayudan y se alientan mutuamente para lograr un futuro mejor.