Pisey y el futuro que pudo no serlo
Pisey es la segunda de una familia de 4 hermanas de Poipet, una ciudad camboyana fronteriza con Tailandia. Por la situación geográfica que ocupa, Poipet es uno de los puntos más activos de Camboya en tráfico de seres humanos, donde las mujeres y, especialmente las menores, corren riesgo de caer en manos de redes que les lleven a explotación sexual en algunos casos y a trabajos forzados en fábricas, servicio doméstico o mafias de mendicidad en otros.
En 2006, Carmen, una hermana de la Compañía Misionera del Sagrado Corazón de Jesús, encontró a esta familia cuyo abuelo sufría una discapacidad física causada por un accidente de mina, e informó a la Prefectura Apostólica de Battambang con el objetivo de encontrar una solución que asegurase la educación de estas cuatro niñas en un ambiente seguro.
Tras haber mantenido un seguimiento de la familia, en el año 2009 la situación de la familia era dramática. La madre pasaba la mayoría del tiempo ausente trabajando en Tailandia. Los hijos varones se casaron en Tailandia y desaparecieron. Srey Mao, la hija mayor, había abandonado los estudios para trabajar y dar sustento a la familia. Pisey había asumido el papel de madre con su hermana pequeña Reaksmey. El padre las visitaba de forma muy ocasional, siempre con la excusa de tener que trabajar como militar en la frontera con Tailandia para llevar ingresos a casa. Cuando visitaba a su familia se presentaba sin dinero, tomaba los ahorros de la familia y, muchas veces abusaba de su mujer. Se descubrió que el padre contaba con otras dos mujeres, con un total de 12 hijos reconocidos y, probablemente, algunos otros no reconocidos.
Desde la Prefectura se decidió que el centro de acogida Metta-Karuna en Tahen, un pequeño pueblo de la provincia de Battambang, podría ser la solución a esta familia.
En el año 2010 ingresaron en el centro Pisey y su hermana mayor Srey Mao. Ambas muy retrasadas en los estudios respecto a su edad, muchas veces viviendo con vergüenza acudir al colegio con niños tan pequeños. Pisey empezó 3º de primaria con 11 años y Srey Mao 6º con 16.
Pisey es alegre y cariñosa. En cuanto entró en el centro, comenzó a practicar danza tradicional camboyana con el grupo de baile de la parroquia donde se ganó el corazón de toda la comunidad. Echaba mucho de menos a su madre y a su familia, pero tiene un muy buen grupo de amigas y era feliz en Tahen. Todo esto, ayudó a que su hermana Reaksmey también se incorporase al centro.
En el año 2012, tras el fallecimiento de su madre, también entró en el centro de acogida Pailou, la pequeña de todos los hermanos, con lo que las 4 hermanas han pasado a vivir en un ambiente familiar y seguro.
Tras años de duro trabajo, Pisey logró aprobar bachillerato en el año 2018. Actualmente tiene 20 años y se encuentra estudiando el primer curso de secretariado en un centro de formación profesional de las hermanas Salesianas de Don Bosco en Phnom Penh, la capital de Camboya.
Pisey es un ejemplo de superación y lucha por salir de la miseria.