VARY: HACIENDO DEL MUNDO UN LUGAR MEJOR

Me llamo Vary Ngak y vengo de una pequeña aldea de Battambang.  Nací con una discapacidad como consecuencia de la polio, ya que las vacunas no llegaban a esta región como consecuencia de la guerra. Mi infancia transcurrió en casa junto con mi familia, mis padres eran personas humildes y sencillas que se dedicaban a la agricultura.

Conocí al Padre Kike Figaredo en el año 1994 gracias a un vecino mío que tenía una discapacidad como consecuencia de un accidente de mina. Me dijo que se iba a hacer una pierna protésica al Centro de la Cruz Roja en Battambang y yo, al no tener silla de ruedas, me desplacé con mis padres al mismo centro para pedir que me diesen una. Fue allí donde pude conocer al Padre Kike. Tras pasar un rato juntos hablando, me pidió si podía venir a visitarme a mi casa, esto me llenó de alegría y le dije que por supuesto. Más adelante, el Padre Kike comenzó a venir a mi casa de forma asidua. Simplemente venía a pasar tiempo conmigo y con mi familia, a escucharnos y a compartir momentos que eran muy especiales para todos nosotros.

En una de estas visitas habló conmigo sobre mi intención de estudiar para tener la posibilidad de un futuro mejor, con más luz. Tras confirmar mi determinación e ilusión por recibir esta  oportunidad, el Padre Kike le pidió autorización a mi madre para ir a Phnom Penh (capital del país). Fui al colegio de Lavalla (de los Hermanos Maristas) y estuve en total 4 años estudiando educación primaria. Al regresar a Battambang, seguí estudiando en un colegio de la ciudad hasta aprobar el Grado 6 y entré en el Centro Arrupe en el año 2001.

Estudié en Arrupe desde el Grado 7 hasta el Grado 12. Aprobé el examen del estado para acceder a la universidad en el año 2007. Tras aprobar este examen, entré directamente a estudiar la carrera de contabilidad en la Universidad de Battambang. De forma paralela, trabajaba en la oficina de la Prefectura Apostólica de Battambang junto con el Padre Kike realizando labores administrativas.

Mi experiencia personal me ha ido demostrando poco a poco que el esfuerzo y la humildad son los valores que me han llevado a tener una vida digna y feliz. Puedo decir con orgullo que he sabido sobreponerme a los fracasos que he podido sufrir gracias al trabajo continuo.

Cuando iba a estudiar, había muchísimos obstáculos y desafíos a los que me enfrentaba día a día. Gracias el ejemplo de gente con discapacidad como yo, hemos podido conseguir que las instalaciones en la mayoría de los colegios hayan mejorado muchísimo de cara a nuestra integración e inclusión en la sociedad.

Desde hace 4 años trabajo en el equipo de Outreach: nuestro trabajo se desarrolla en los pueblos remotos como el pueblo en el que vivía yo ayudando a otras personas que sufren a que puedan tener vidas dignas y llenas de felicidad como la mía. Mi trabajo tiene lugar en la oficina, gestionando las cuentas del proyecto y hablando con los beneficiarios para dar solución a sus problemas. Sigo esforzándome día a día por hacer de este mundo un lugar mejor y más fraterno en el que todos vivamos en paz.

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